Vermeer recrea como nadie el ambiente de un país pequeño como es Holanda. Rechaza todo lo que implique grandeza, él es pintor de las pequeñas cosas. De pronto sus ojos, y después su pincel, son capaces de captar el encanto de un cabello, el brillo de un pendiente o la melancolía de una pequeña calle. Su amor hacia el detalle mínimo hace que se le compare con los primitivos flamencos.
La atmósfera de sus interiores nos hablan del cuidado con que trata lo cotidiano. La luz que emplea, tanto en interiores como en exteriores, es de suprema sutileza.
http://www.spanisharts.com/history/barroco/barroco_vermeer.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario